Deuda en México, 1982-2011.
Víctor Isidro Luna.
Deuda externa y crisis han aparecido juntas en la economía mexicana desde su independencia en 1821. En 1827, México cayó en moratoria después de no poder pagar los intereses de los préstamos que le fueron concedidos para financiar el costo de un ejército y solventar las compensaciones a España por los gastos de la independencia (Estay 1992, 21). Desde entonces, de acuerdo con Reinhart y Rogoff (2008, 31) han sido 7 veces las que México ha renegociado la deuda externa o caído en moratoria.
Aunque México no es el país que más ha renegociado o estado en moratoria (ya que países como Venezuela con 10, Brasil con 9, Chile con 9, Costa Rica con 9, Ecuador con 9 lo superan), lo cierto es que es de los países donde más ha durado los años de moratoria o de renegación, un total de 44.6 años, sólo superado por países como Ecuador, Honduras y Nicaragua. El porqué de esta situación tiene una fácil explicación ya que en gran parte del siglo XIX y del siglo XX (1914 - 1941) México estuvo excluido de los mercados de capitales.
En medio de la Segunda Guerra Mundial, México recibió nuevos préstamos principalmente de los USA. Estos nuevos préstamos principalmente se dedicaron a importar productos estadounidenses. El flujo de préstamos fue poco ya que incluso durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, los flujos de Inversión Extranjera Directa superaron a los flujos de deuda externa.
El gran problema del endeudamiento en México vino en los años 1970, causas tanto internacionales como nacionales contribuyeron a lo anterior. Internacionalmente con la crisis mundial de 1973-1974 hubo una gran cantidad de capitales disponibles que los capitalistas de los países desarrollados no quisieron poner en sus países de origen; así, bancos internacionales siguieron una política agresiva de ofrecer capitales a los países de América Latina, lo anterior se combinó con políticas nacionales de aceptar los préstamos. Países como México no contaban con los capitales necesarios para financiar su crecimiento económico (las importaciones se estaban incrementando crecientemente en la década de los 1970 y el sector agrícola era deficitario desde los años 1960). Detrás de pedir préstamos abiertamente por los gobernantes de México se encontraba la idea neoclásica de que los mismo da si se financia a la inversión con ahorro externo o con ahorro interno (Toussaint 2006, 98). Por seguir está política la deuda externa mexicana se multiplicó por 12 de 1970 a 1982 y cuando los Estados unidos subieron la tasa de interés en 1979 México no pudo pagar los intereses de la deuda. La situación en México fue tan endeble en esos momentos, que no poder pagar implicaba poner en peligro a la economía mundial a través de los bancos de los USA, de acuerdo con Valle y Martínez (2011, 79):
La deuda mexicana con los nueve principales banco estadounidenses significaba un 50 % de su capital y si México hubiera dejado de pagar los intereses los ingresos de dichos bancos se hubieron reducido un tercio.
A partir de 1982 México ha tenido que soportar una gran carga por pago de amortizaciones e intereses de la deuda externa y asimismo se ha incrementando la deuda interna. En la gráfica 1 se presenta las transferencias netas de deuda totales de 1970 a la actualidad. Las transferencias señalan los préstamos nuevos menos lo que se ha pagado al exterior por amortización e intereses. En total, México ha pagado 89.6 miles de millones de dólares más que los préstamos nuevos que ha recibido del período que va de 1970 a 2010. Es obvio que México transfirió capitales de 1982 a 2007. A partir de 2008, México comenzó a recibir capitales netos de nuevo. No se tiene ninguna una explicación sobre lo anterior, salvo que tal vez, por la crisis mundial, hubo préstamos a países como México que se combinaría con el final del período presidencial de Felipe Calderón. De 2006 a 2011 la deuda interna y externa han crecido más rápido que el PIB. En este período la deuda externa aumentó 108 por ciento, y la deuda interna aumentó 45 por ciento. Cabe señalar, que es en los años de crisis donde la deuda interna como externa se disparan, así se puede constatar con los años de 1982, 1986, y 1995. Sin embargo, debe reconocerse que el gran incremento de la deuda mexicana como porcentaje del PIB de 2008 a 2009 fue debió a la disminución de este último, lo cual se puede apreciar en el cuadro 1
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