HONDURAS - GOLPE DE ESTADO NEOLIBERAL CONTRA PROYECTO EMANCIPADOR.
En la madrugada de este domingo 28 de junio de 2009 fuerzas militares secuestraron al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y lo trasladaron ilegalmente hacia Costa Rica.
Ese domingo se iba a realizar una consulta popular no vinculante, convocada a partir de la firma de más de 400 mil ciudadanos hondureños, para determinar si se convocaba a una Asamblea Nacional Constituyente que habilitara una reforma constitucional.
El martes 23 de junio de 2009 el Parlamento de Honduras había aprobado una ley que rechazaba la celebración de la consulta. El Tribunal Supremo Electoral y el Ejército también habían tachado a la misma de ilegal.
Inmediatamente después del secuestro del Presidente Zelaya,el Congreso Nacional consuma el golpe de estado separarándolo de su cargo y nombrando como su sustituto al presidente del Congreso, Roberto Micheletti por el tiempo que resta para terminar el presente período de gobierno.
Honduras es uno de los países más pobres del continente. El 63% de las familias hondureñas sufren de desnutrición, miles de chicos viven en la calle y más del 55 % está desempleado.
En el año 2004, Honduras y Estados Unidos firmaron un Tratado de Libre Comercio (TLC o CAFTA, su sigla en inglés), que entró en vigor en 2006. Honduras suscribió ese tratado con la esperanza de aumentar sus exportaciones y las inversiones extranjeras. Sin embargo, el resultado fue el opuesto.
Tras más de tres años de vigencia los resultados hablan por sí solos. Decrecieron las inversiones procedentes de Estados Unidos, mientras se incrementó el déficit comercial de Honduras con esa potencia. Se produjo el desmantelamiento de la agricultura en beneficio de las multinacionales norteamericanas. Las compañías transnacionales exportadoras de frutas y flores resultaron las ganadoras, mientras los campesinos pobres son los perdedores. A su vez, se produjeron gran cantidad de despidos de trabajadores locales que se desempeñaban en la producción de medicamentos genéricos, en virtud de las directivas trazadas por la letra de este TLC en Propiedad Intelectual.
Este proceso de extranjerización y concentración de la economía hondureña ha sido acompañado y usufructuado por la oligarquía de ese país, subordinada a los intereses del imperio.
En ese contexto, el presidente Zelaya, en un giro político hacia la izquierda pocas veces visto en la región, ha decidido en 2008 la incorporación de Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) y a Petrocaribe (Acuerdo de Cooperación Energética celebrado en el marco del ALBA), los cuales fueron precedidos en unos meses por el ingreso al ente petrolero gran nacional Petroamérica (Empresa de energía formada por estatales petroleras de la región).
En forma congruente con lo anteriormente mencionado, en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada precisamente en Honduras a principios de junio de este año, el Presidente Zelaya fue uno de los principales promotores de la Resolución de la OEA que derogó el decreto del año 1962 del mismo organismo, la cual había sancionado injustamente al pueblo cubano por haber proclamado principios e ideales socialistas para su gobierno.
Honduras entró así en un período de enormes contradicciones internas. Dos proyectos de país incompatibles y excluyentes uno respecto del otro entraron en conflicto. Por un lado, el proyecto hegemónico de las multinacionales. El TLC firmado con EEUU persigue la privatización y mercantilización de todos los órdenes de la vida social en beneficio de las multinacionales, a través de la apertura indiscriminada y desregulación de los mercados, en detrimento de los pueblos y la soberanía de los Estados. Por el otro lado, el proyecto del ALBA, que persigue la integración económica y política de los pueblos, la complementación y los beneficios mutuos, en un marco de respeto a la naturaleza y a los intereses nacionales de cada país.
Amenazadas por la política adoptada por el gobierno hondureño, las fuerzas conservadoras de Honduras, apoyadas por las multinacionales norteamericanas, han venido sometiendo al presidente Zelaya a una serie de ataques cada vez más frecuentes, los cuales culminaron con el Golpe de Estado del pasado domingo.
El rechazo a la Consulta Popular propugnada por el gobierno de Zelaya no es más que la excusa formal que pretende dar un tinte de legitimidad a un golpe de Estado que aspira a detener la realización del proyecto emancipatorio Latinoamericano.
Este nuevo golpe de estado en la región se enlaza con una serie de actos antidemocráticos y violentos realizados en la región por las élites locales en los últimos años, con la colaboración de los Estados Unidos. Entre ellos, cabe recordar el golpe de estado producido en Venezuela en 2002 y el intento secesionista de la oligarquía santacruceña de 2008 en Bolivia. Venezuela y Bolivia son justamente dos de los países que más impulso dan al ALBA.
En síntesis, la pelea de fondo está planteada entre el neoliberalismo impulsado por las multinacionales norteamericanas, apoyadas por sus cómplices locales, y los pueblos, en este caso el hondureño, que tras años de sometimiento y dominación aspiran a integrarse a un proyecto de integración regional, de carácter popular y democrático, como los es el ALBA.
Desde ATTAC - Argentina condenamos el golpe militar contra el Presidente de Honduras Manuel Zelaya, exigimos su inmediata restitución al cargo sin ningún tipo de condicionamiento.
Reivindicamos, asimismo, el derecho de los pueblos a emprender proyectos populares y democráticos, como ALBA que tienen como fin, en un marco de integración latinoamericana solidaria, la satisfacción de las necesidades humanas de nuestros pueblos, en armonía con la naturaleza
ATTAC Argentina
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