El relato desde el Poder:
La agenda mexicana, para el debate en la Cumbre del G20, no ha variado, sustancialmente, del último encuentro del G20 en Cannes.
La presidencia del gobierno mexicano sugiere abordar, en este
“antidemocrático cónclave” lo atinente a:
“la estabilización económica y reformas estructurales para el “crecimiento” y el empleo”;
el fortalecimiento de las IFIs y fomento de la inclusión financiera para impulsar el “crecimiento económico”;
la mejora de la “arquitectura financiera internacional” en una economía global interconectada;
la promoción de la “seguridad alimentaria y la disminución de la volatilidad del precio de las materias primas”;
Alentar “el desarrollo sustentable” incluyendo “una agenda de infraestructura”, eficiencia energética, impulso al “crecimiento verde” y “financiamiento para enfrentar el cambio climático”. Según palabras del Presidente Calderón “hay dinero disponible para hacer inversiones (Fondos de Pensión, Fondos Soberanos, Fondos de Seguro) que pueden encontrar gran rentabilidad en estos proyectos verdes”
Analizando las propuestas:
El capitalismo contemporáneo cruje con la crisis mundial y necesita urgentes respuestas que, según los líderes mundiales, que se reunirán en la próxima Cumbre del G20, vendrán de la mano de “la estabilización económica y la reformas estructurales”. El epicentro de esta crisis está, hoy, en Europa (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia), donde se prioriza el rescate a los grandes Bancos privados, profundos ajustes fiscales y la exigencia del pago de las ilegítimas deudas, a costa de un gran sacrificio de los sectores más empobrecidos, especialmente de los trabajadores, que aún tienen muchos derechos a resignar.
En los sucesivos encuentros del G20 se logró la validación y nueva puesta en funciones de una organización de presión global para el ajuste y la reestructuración reaccionaria, el FMI, conocido por el nefasto rol que cumplió en América Latina y otras regiones del Sur. En esa línea, en la agenda a debatir en México, se propone el fortalecimiento de las instituciones financieras y la mejora de la “arquitectura financiera internacional”. ¿Se puede pensar en la posibilidad de reforma o mejora de instituciones como el FMI, el BM o la OMC, responsables del financiamiento del sistema capitalista y del modelo de desarrollo neoliberal? Son sueños ilusorios que eluden la necesaria discusión para conformar una arquitectura mundial de las finanzas y la economía de orden alternativo.
Sobre la cuestión de “seguridad alimentaria”. El economista Julio Gambina plantea que el tema es delicado por varias razones: no sólo es un problema a resolver, la alimentación de la población mundial que se acrecentará en los próximos años, sino el dramático balance del presente. Ya que, con una producción con excedentes, que podría alimentar a más de 7.000 millones de habitantes, hoy, son 1.020 millones los hambrientos del planeta, según la FAO.
¿Cómo es posible? Es que por primera vez en la historia de la humanidad, la producción agrícola tiene como destino alimentar máquinas en lugar de personas”. Y continua planteando que: “El hambre en el mundo tiene solución y está por fuera del capitalismo y su modelo productivo y de desarrollo, tal como demandan expresiones diversas de pueblos originarios, campesinos y pequeños productores de agricultura familiar, quienes proponen y luchan por “soberanía alimentaria”. El hambre es un tema central en los debates contemporáneos mundiales y debiera serlo en países como la Argentina, gran productor y exportador de granos, principalmente soja, tal como nuestros hermanos y vecinos de Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, en estos países, el tema se considera más como una oportunidad de negocios que como contribución a resolver los problemas derivados de la hambruna sobre un séptimo de la población mundial”. Por eso, la propuesta del gobierno de Argentina, en el marco del G20, es aumentar la producción para disminuir la “volatilidad del precio de las materias primas”, a pesar de los graves impactos sociales y ambientales que genera la profundización del modelo agro-exportador-extractivista.
En la agenda se alienta, también, el “desarrollo sustentable”, concepto ambiguo y contradictorio, ya que si se piensa el “desarrollo” como “crecimiento infinito” es imposible hablar de sustentabilidad o sostenibilidad.
Está implícita la asociación de crisis con recesión, entonces la respuesta es el “crecimiento verde”, sin poner en discusión a qué tipo de crecimiento se hace referencia.
Se demanda “una agenda de infraestructura” funcional al actual modelo urbano-agro-indutrial. El interrogante es si nuestros países deben subordinar los proyectos de infraestructura a las necesidades de las corporaciones transnacionales (del agronegocio, minería, pasteras, hidrocarburos...) continuando con la profundización, por ejemplo, de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana, IIRSA.
Cumbre RIO+20
La agenda oficial para la Cumbre de la Tierra, abordará la transición hacia una “economía verde” global y la reforma de las instituciones internacionales responsables del
“desarrollo sostenible”.
¿Cuáles son las propuestas que se vienen debatiendo para resolver la crisis climática?
¿Se seguirá apostando al “crecimiento económico ilimitado”, a los “mecanismos de mercado”, a las nuevas tecnologías “verdes”...?
“El Futuro que queremos” es el Documento Cero, que servirá de base a los debates de esta Conferencia de la ONU, allí se propone:
“... liberar a la humanidad del hambre...erradicar todas las formas de pobreza y luchar por sociedades justas, equitativas e inclusivas, para que la estabilidad y el ‘crecimiento económico’ beneficie a todos”
“... hacer todo lo posible paraacelerar el progreso en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015, lo que mejora la vida de las personas más pobres.
“Renovamos nuestro compromiso con el ‘desarrollo sostenible’ y expresamos nuestra determinación de proseguir la ‘economía verde’ en el contexto del ‘desarrollo sostenible’ y la erradicación de la pobreza. Además afirmamos nuestra determinación de ‘fortalecer el marco institucional para el desarrollo sostenible’. En su conjunto nuestras acciones deben llenar los vacíos de aplicación y lograr una mayor integración entre los tres pilares del desarrollo sostenible - el económico, el social y el ambiental”
Analizando las propuestas y conexiones con la Cumbre del G20
El “desarrollo sostenible, presente en casi todos los ítems de documento de la ONU, no es un concepto nuevo. A pedido de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, (CMMAD), se redactó el Informe Brundtland (1987), que documentó los severos problemas ambientales que confrontaba el planeta pero, fue incapaz de abordar las causas estructurales de éstos: el modelo de producción y consumo capitalista. En pleno auge de la globalización neoliberal capitalista, este concepto fue el leitmotiv de la Cumbre de la Tierra (1992) reafirmando la sostenibilidad por medio del “desarrollo sostenible”. Propone “revivir el crecimiento” y es definido como “el desarrollo que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras”. Ocultándose el carácter distinto de las “necesidades” de las generaciones presentes, entre los países centrales y periféricos y dentro de cada territorio.
La “economía verde en el contexto de desarrollo sostenible” es ahora el leitmotiv en RIO+20. Esta propuesta no cuestiona ni sustituye la economía basada en el extractivismo y los combustibles fósiles, ni sus patrones de consumo y producción industrial. Extiende la economía explotadora de la gente y el ambiente a nuevos ámbitos, alimentando el mito de que es posible un “crecimiento económico infinito”.
El documento alude, también, a los 5 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs, o SDGs por su sigla en inglés) -en línea con los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Tema para reflexionar por un lado, por el nulo avance de los últimos (tendrían que estar cumplidos para el 2015)y por otro, como dice Boaventura de Sousa Santos “la lucha por la reducción de la pobreza es una burla para encubrir la lucha que no se quiere librar contra la concentración de la riqueza”.
Hoy, buscar soluciones a la crisis climática, una de las múltiples facetas de la crisis capitalista global, es un gran negocio y puede serlo aún más.
Por eso, se pretende someter todos los ciclos vitales de la naturaleza a las reglas del mercado y al dominio de la tecnología, la privatización y mercantilización de la naturaleza y sus funciones, así como los conocimientos tradicionales, aumentando los mercados financieros especulativos a través de mercados de carbono, del pago por servicios ambientales (PSA), de compensaciones por biodiversidad y el mecanismo REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación evitada y degradación de bosques).
La idea es que: “La Tierra se salvará si su conservación resulta más rentable que su destrucción”
Por ese motivo, en los documentos previos a la Conferencia RIO+20 se mantienen invariables las mismas tesis del modelo económico actual, sin tener en cuenta que “el crecimiento” se produce en base a la generación de “desigualdades” y a la “devastación de la naturaleza”.
Se sigue profundizando la liberalización y la privatización.
Los actores principales y promotores siguen siendo: las corporaciones transnacionales (CTN); las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), como el Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), los Bancos de Desarrollo multilaterales, regionales y nacionales y los Gobiernos consustanciados con esta ideología.
La Economía Verde implica un nuevo proceso de ajuste estructural con nuevas formas de endeudamiento, debido a que las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) promueven incrementar la deuda externa ilegítima, impuesta a los países históricamente explotados, para su transición a la “economía verde”.
Lo que está en juego, también, en el marco oficial es la creación de una agencia medioambiental de las Naciones Unidas: “fortalecer el marco institucional para el desarrollo sostenible” Es decir, la instauración de un nuevo sistema de gobierno ambiental internacional, con énfasis en sectores que están monopolizados por las corporaciones transnacionales.
El desarrollo de nuevos productos y servicios financieros permite que se integre a la naturaleza bajo la categoría de “capital natural”.
Según palabras de Ban Ki Moon (Secretario General de la ONU): “Nuevamente, una solución para la pobreza también es una solución para el cambio climático: ‘el crecimiento verde’. Para los pobres del mundo, es una clave para el desarrollo. Para los ricos, es la modalidad del futuro”
No caben dudas, que la agenda económica de Río+20 se vincula, estrechamente, con la agenda del G20 y, en ambas lo que se intenta es salvar el Sistema.
Este es el escenario camino a la Cumbre del G20 y a la Cumbre RIO+20.
A pesar de ello, debería transformarse en un desafío para los/as luchadores de todo el mundo, ya que es preciso organizarse frente a las “falsas soluciones” y al “capitalismo verde”.
La realización de la Cumbre de los Pueblos contra el G20 (en DF y La Paz - México), la Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental, contra la mercantilización de la Vida y la Naturaleza y en defensa de los Bienes Comunes (Río de Janeiro - 15 al 23 de Junio) junto a la convergencia de luchas y movilizaciones a escala planetaria, permitirán construir ese otro relato y el camino hacia Otro Mundo Posible, Necesario y Urgente.
Para ello, precisamos convertir a RIO+20 en un proceso mundial de fuerte movilización
El desafío es la construcción de convergencias desde nuestras luchas presentes, capaces de convocar a nuevos procesos de lucha anticapitalista. Esta articulación y convergencia es lo que se intenta plasmar en el marco de la Cumbre de los Pueblos por eso la metodología se organizará en torno a tres ejes:
Causas estructurales de las crisis e injusticias sociales y
ambientales, falsas soluciones y nuevas formas de acumulación del
capital sobre los pueblos y territorios.
Soluciones reales y nuevos paradigmas de los pueblos.
Agendas, campañas y movilizaciones que unifiquen el proceso de
lucha anticapitalista después de la Cumbre de los Pueblos Rio+20
Prioricemos en este marco a la “Asamblea Permanente de los Pueblos” y las Plenarias de Convergencias previas que tendrán el desafío de hacer oír la voz de las mujeres y hombres, jóvenes y mayores, que día a día están resistiendo el avance de un modelo de desarrollo por definición no sustentable, cuya inhumanidad depredadora va buscando someter cada aspecto de la vida a la acción del mercado, anteponiendo siempre las ganancias de unos pocos al buen vivir del conjunto, mientras simultáneamente intenta asumir un rostro cada vez más ’verde’ detrás del cual esconderse.
Es fundamental, que aprovechemos para articular el debate, que se generará en torno a RÍO+20, con las denuncias y luchas
que se viene dando en nuestro país y en el continente, en relación con las problemáticas concretas generadas por el actual modelo agro-exportador- extractivista: megaminería, agronegocios, megarepresas, IIRSA.
Cada una de estas luchas, cada una de las resistencias que se vienen dando en todo el Planeta, deben ser la expresión de la unidad global contra el avance del sistema capitalista sobre la Naturaleza y la Vida.
Caminemos juntos/as “hacia un nuevo relato”, en la búsqueda de las verdaderas soluciones a la crisis climática (algunas ya en marcha): agricultura campesina, agroecología, economía solidaria, soberanía alimentaria, energética y financiera.
Luchando por Justicia Social y Ambiental y por alternativas al actual modelo de desarrollo en el marco de un horizonte anticapitalista.
Es clave que caminemos juntos/as hacia soluciones reales a la Crisis Climática
Luchando por un profundo proceso de cambio frente al actual modelo de producción y consumo, concretizando nuestro derecho a desarrollarnos con modelos alternativos, basados en las múltiples realidades y experiencias de los pueblos, auténticamente democráticos, respetando los derechos humanos y colectivos, en armonía con la naturaleza y con justicia social y ambiental.
Planteando la afirmación y construcción colectiva de nuevos paradigmas basados en la soberanía alimentaria, la agroecología y la economía solidaria, la defensa de la vida y los bienes comunes, la afirmación de todos los derechos amenazados, el derecho a la tierra y territorio, el derecho a la ciudad, los derechos de la naturaleza y de las futuras generaciones, es decir, caminando hacia alternativas no capitalistas.
María Elena Saludas (CADTM - AYNA / ATTAC - Argentina)
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